jueves, 3 de mayo de 2012

 Kichwa de Sarayaku.
Este pueblo ancestral de la amazonia ecuatoriana, cuenta en primera persona las motivaciones sociales, ecológicas y culturales que le han llevado a ser uno de los pocos pueblos amazónicos que se han liberado del yugo de la explotación petrolera en su territorios.

Nos muestra, además la cruda realidad a la que se enfrentan cada día indígenas y campesinos del noreste del país, donde la explotación petrolera es nsinónimo de pobreza, enfermedad y contaminación.

Forma parte de la Exposición Amazonía: Sumaq Kawsay,vealo aqui y difundalo
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El Anarquismo Ambientalista
Curiosamente, en Colombia coinciden dos características muy especiales. Por un lado, en este país se presentan los grupos ambientalistas más agresivos y fanáticos de Suramérica; por otra parte en Colombia se encuentran las mafias de narcotráfico más temibles y la guerrilla más activa de dicho continente.
En primer lugar cabe analizar las actividades de los ambientalistas. Han realizado campañas sistemáticas contra proyectos de obras civiles. Los proyectos portuarios han recibido objeciones de toda clase, como ejemplos, pueden mencionarse el puerto de Dibulla, el cual según ellos no puede construirse porque a dicho lugar descienden los “mamos” de los indios Kogui, a orar una vez al año. El puerto de Palermo en la orilla oriental del río Magdalena, frente a Barranquilla, lo tienen vetado porque se encuentra a pocos kilómetros del parque de la isla de Salamanca. El proyecto del puerto de Bahía Málaga fue cancelado porque a esa área llegan ballenas. Al proyecto del puerto de Tribugá se le han atribuido posibles daños irreparables.
Respecto a los proyectos de carreteras, el bombardeo mediático de los ambientalistas también ha sido intenso, vías tales como la carretera Animas-Nuquí han sido sistemáticamente boicoteadas, otro tanto ha ocurrido con la carretera a Panamá; la construcción de la nueva vía Mocoa-Pasto fue obstaculizada por años con pretextos ambientales. La vía alterna de la carretera Bogotá-Cali a través del cañón de las Hermosas propuesta hace años, se canceló por los efectos nocivos que podía causar a la fauna y la flora de dicha zona. ¡Para nadie es un secreto la clase de fauna que allí se refugia! La carretera marginal de la selva está paralizada entre San Vicente del Caguán y La Uribe para evitar acercarse al “parque” de La Macarena. La vía Popayán-Mocoa fue abandonada, aduciendo daños ambientales. En resumen el País se halla embotellado por falta de vías de comunicación y carece de carreteras que comuniquen con tres de los cinco países vecinos para salvar “la biodiversidad”.  
Proyectos hidroeléctricos tan interesantes como el de río Micay, fueron archivados por los posibles daños ambientales (cabe anotar que actualmente esa zona es un emporio de cultivo de coca). Proyectos tales como el multipropósito del Guamuez, y los del alto Caquetá han tenido la misma suerte.
Con los proyectos mineros se presentan situaciones similares, los ambientalistas organizan manifestaciones portátiles para boicotear toda reunión que tenga que ver con ese tema. Toda propuesta de minería legal es saboteada, sea Colosa, Angostura, Taraira, Murindó, etc. Curiosamente en las “manifestaciones” en contra, no importa el sitio del País, se observan las mismas caras. Siempre con algarabías y con los mismos sofismas de revista barata.
A lo anterior cabe agregar la creación desaforada de parques nacionales, reservas, etc., a la topa tolondra, con absoluta falta de sensatez. Áreas enormes donde el ciudadano común y corriente no puede entrar, zonas vedadas para cualquier actividad lícita, en lo posible sin vías de comunicación, donde los ambientalistas afirman que hay gran variedad biológica, la cual nadie ha evaluado, porque en general allí no pueden entrar los taxonomistas.
La extensión de los parques nacionales supera los 90.000 kilómetros cuadrados, una verdadera exageración. Cada día hay  proyectos para crear más.
Ahora cabe analizar la otra cara de la moneda, las guerrillas y el narcotráfico. Terminando la década de los años noventa el gobierno de Colombia creó una especie de santuario para la guerrilla, la llamada zona de distensión de 42.000 kilómetros cuadrados, algo que no tuvo resultado alguno, fue un fracaso. Pero la ciudadanía de Colombia no ha tenido en cuenta que por obra del ambientalismo existe una zona de distensión más del doble en extensión, los parques nacionales. Estos son los grandes santuarios de la subversión y el narcotráfico, tienen una gran ventaja respecto al área del Caguán, se hallan distribuidos por todo el País. Son un paraíso para los cultivos ilícitos. No se manifestaron los ecólogos contra el arrasamiento de bosques en La Macarena, Chiribiquete y otros parques para sembrar coca, pero si protestaron ruidosamente contra la fumigación para erradicar esos cultivos. La mafia y las guerrillas convirtieron el Litoral Pacífico en un emporio del narcotráfico; los ambientalistas y las ONG que los apoyan se oponen rotundamente a la construcción de carreteras y puertos en ese litoral. ¿Será esto simple coincidencia?
La zona fronteriza con Panamá es una tierra de nadie donde la delincuencia trafica drogas,  armas y secuestrados, ese foco del crimen ha hecho metástasis en el Darién Panameño, sin embargo hacer la conexión carreteable ha sido imposible por la oposición ambientalista, consideran el parque “Los Catios” una reserva intocable e impoluta, aunque allí fue la sede del primer ingenio azucarero de Colombia, a principios del Siglo XX.
La infraestructura vial de Colombia es en extremo vulnerable, un sabotaje de la vía a Buenaventura, paraliza la mitad del comercio exterior del País, una voladura en la carretera Ibagué-Armenia corta el centro del País en dos, cualquier sabotaje de la vía Pamplona-Bucaramanga crea una barrera entre la frontera y el valle medio del Magdalena. ¿será esta la causa del interés en Santurban? La comunicación con el Ecuador también es muy frágil, cada vez que taponan la carretera Cali-Pasto se paraliza el comercio del Sur. ¿Esto tendrá que ver con la oposición ecologista a la nueva vía Pasto-Mocoa?     
Al examinar las actividades mineras de la delincuencia, surgen interrogantes similares. La zona minera del Occidente de Nariño está siendo arrasada por la minería ilegal, no se han manifestado las ONG ni las asociaciones de ecologistas al respecto. Las riberas del río Dagua fueron literalmente aradas por una avalancha de retroexcavadoras, los ambientalistas no han organizado manifestaciones en Cali o Buenaventura para protestar por esto. Los voceros de la ecología que tanto han vociferado contra el proyecto minero de Murindó (este sí legal), ¿no se han enterado del desastre que está provocando la minería ilegal en el centro del Chocó?. ¿Cuándo se han manifestado contra la minería ilegal en el Norte de Antioquia o Sur de Bolívar?. ¿Dónde estaban las ONG cuando las FARC extorsionaban a los pequeños mineros de California y Vetas?
De todo lo anterior hay una necesaria reflexión, saber en qué equipo juega el ambientalismo en Colombia. Si se trata de proteger la naturaleza o de sabotear el funcionamiento y desarrollo del País. Puede tratarse de una quinta columna al servicio de la mafia y la sedición. 

MINAGRICULTURA INAUGURA BIBLIOTECA AGROPECUARIA Y OFICINA DE ATENCIÓN AL CIUDADANOEl ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo Salazar, puso hoy al servicio la Oficina de Atención al Ciudadano y la Biblioteca Agropecuaria.

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